Amor en mí se muestra todo fuego,
y en las entrañas de mi Luz es nieve;
fuego no hay, que ella no torne nieve
ni nieve, que no mude yo en mi fuego.
La fría zona abraso con mi fuego,
la ardiente mi Luz vuelve helada nieve;
pero no puedo yo encender su nieve,
ni ella entibiar la fuerza de mi fuego.
Contrastan igualmente hielo y llama;
que de otra suerte fuera el mundo hielo,
o su máquina toda viva llama.
Más fuera; porque ya resuelto en hielo,
o el corazón desvanecido en llama
ni temiera mi llama, ni su hielo.