martes, 25 de noviembre de 2014

Mañana, al alba, a la hora en que se aclara el campo,
Partiré. Voy a verte, sé que me esperas.
Iré por el bosque, iré por la montaña.
No puedo estar lejos de ti más tiempo.
Marcharé con los ojos fijos en mis pensamientos,
Sin ver nada en mi entorno, sin escuchar un ruido,
Solo, ignorado, curvada la espalda, las manos cruzadas,
Triste, y el día para mí será como la noche.
No veré ni el oro de la tarde que cae,
Ni el manto que a lo lejos desciende hacia Harfleur.
Y cuando llegue, pondré sobre tu tumba
un ramo de acebo verde y de brezo en flor.

Descansa en paz, pequeña.