sábado, 24 de diciembre de 2011

                                           

                       
                      Aunque mis ojos
                      ya no puedan ver ese puro destello,
                      que me deslumbraba.

                      Aunque ya nada pueda devolver la hora
                      del esplendor en la hierba,
                      de la gloria en las flores,
                      no hay que afligirse.

                      Porque la belleza
                      siempre perdura en el recuerdo.

martes, 1 de noviembre de 2011

No había manera de describir el dolor. Ni siquiera cuando no era tan intenso, cuando algo divertido o amable ocurría en la vida, se sentía capaz de verterlo en palabras. Tenía colores, una consistencia especial que lo alejaba del resto del sufrimiento, del mal humor, de todos los padecimientos del mundo que no fueran aquel dolor. Durante años, había intentado liberarse de él, pero ya se había rendido. No hubiera podido cortarse una pierna; no podía cambiar a esas alturas su manera de ser.
Marta, cómo Lorena pensaba, se moría, pero de un modo muy lento, y desde mucho tiempo antes de lo que Lorena pensaba. Aquellas noches abrazada a la nada, con la angustia que le devoraba el pecho, habían allanado el camino a cualquier desgracia que pudiera sobrevenir.
Y Lorena, que siempre había creído comprender a Marta casi sin palabras, entendía entonces, en sus caminatas ciegas por la cuidad, en aquellos vagabundeos a los que se obligaba, lo lejos que había estado de saber lo que aquello significaba, las punzadas en el pecho, el insomnio, la conciencia de que algo sin nombre, un monstruo baboso y repugnante, se había instalado en la cabeza de Marta y la había hecho suya.
No un miedo rojo y palpitante, el miedo que se sentía con la fiebre o con los golpes.

Aquel miedo se parecía a una babosa.

domingo, 23 de octubre de 2011

Voy a tomar una, porque necesito sentir más. Ahora parece como si tuviera una muleta emocional, asi que voy a tomar un poco más, porque no está sucediendo nada.
Una vez me dijiste que me amabas tanto, y yo tontamente empecé a confiar. Pero ahora lo ignoro, y voy a tomar más hasta que pase algo. Voy a tomar una, porque necesito sentir más, porque una vez pensé que estabas aquí conmigo, por lo que quizás tome dos o tres más hasta ver lo que realmente estaba sucediendo.
Morfeo ¿Cómo pudiste dejarme cuando tuve necesidad de tu amor? Deja de retenerme...dame una razón para pensar que eres decente. Y cuando esté sola, no intentes traerme de vuelta. Con esto...con esto se tenía que sentir tanto...anhelaba su contacto, pero me ignoró y ahora me siento destruida.

domingo, 16 de octubre de 2011

Quiero oir lo que tienes que decir sobre mi, oir si vas a vivir sin mi. Quiero oir lo que quieres.
Recuerdo diciembre. Lo recuerdo bien.
¿Qué diablos quieres?



Recuerdo diciembre.

viernes, 30 de septiembre de 2011




Algún día caeremos, lloraremos y entenderemos todas las cosas.

sábado, 10 de septiembre de 2011

sábado, 3 de septiembre de 2011

...me iré lejos de aquí, no le tendrás miedo al miedo.
siempre supe que acabaría en esto, nunca he dejado de sentir dolor.

sábado, 27 de agosto de 2011

Yo te quería para mí

Sí, sí decía...yo me lo negaba a mi misma pero te quería para mí. Quería, allá en el fondo de mis entrañas, sin saberlo, como respiro sin pensar en ello.
Quería enseñarte que el amor, nuestro amor, debía ser lo primero. Que lo demás era mentira, cosa de niños, conversación inútil, que era lo único real, lo único serio, el quererte...sobretodo yo a ti, y huir si hacía falta y arrojar yo la máscara y la ropa negra, y ser quien soy lejos de aquí donde no lo puedo ser.





domingo, 14 de agosto de 2011

- Las drogas estrangulan la energía revolucionaria de la gente.
-¿La hierba también?
-No, la hierba está bien. Las drogas que produce el cuerpo tampoco están mal, molan un huevo.
-¿La adrenalina o qué?
-Si por ejemplo, hay miles.. Endorfinas...
-Las hormonas de la felicidad cuando estás enamorado..
-Ahora estás hablando de drogas duras, hay que tener cuidado con esas.
-Tienes que intentar no convertirte en un drogadicto.
-El miedo es una droga alucinante. No dejar que el miedo te controle, usarlo como motor, require práctica. Colocarte en una situación en la que te mueres de miedo, al principio te entra pánico, pero al cabo de un rato empieza a funcionar el sistema de autoprotección del cuerpo, y cada vez te atreves a hacer más cosas. Acabas superando tus límites y te sientes capaz de cualquir cosa.
-¿Lo sabes o solo lo piensas?
-¡Claro que lo sé! Lo he probado mil veces...
-Mil veces no está nada mal...

                                                                  Los Edukadores

domingo, 7 de agosto de 2011

lunes, 1 de agosto de 2011

Tenga su cambio y putas gracias.

El cuento hablaba de una chica que se sentía oprimida, cuyo trabajo era como una cárcel y cuya vida había perdido todo su sentido. Los demás no la captaban, sobretodo su marido. Un día conoció a un chico que también se sentía oprimido y se enamoraron. Después de pasarse toda su vida sin que les captara nadie, con una sola mirada se captaron el uno al otro. Al final, el chico y la chica se escaparon juntos al desierto y nunca más volvió a saberse nada de ellos.


The good girl.


                                                                                                                                                                                

sábado, 30 de julio de 2011

Euforia. Tormento. Noches en vela. Días inactivos. Sueña despierta delante del ordenador. Se olvida el bolso en el supermercado. Sigue de largo donde debería doblar. Habla en voz alta mientras camina sola. Planea lo que le diría, o lo que debería haber dicho. Lo que le dirá en un proximo encuentro. Corre riesgos estúpidos. Dice tonterias. Se rie demasiado. Habla de lo que no debe. Revela secretos. Pasea de madrugada. Algo que dijo él aún le resuena en los oídos. Ve su sonrisa si cierra los ojos. Atesora las entradas de las películas que vieron. ¿Qué pensaría del libro que está leyendo? Un perfume despierta un sinfín de recuerdos. Una canción le provoca sollozos. Llora un promedio de cien lágrimas diarias. Y duerme, calcula, unas cuatro horas por la noche.
Pierde el apetito, pero a veces asalta la nevera a las seis de la mañana. Cree reconocerlo en la oscuridad de los bares y luego se da cuenta de que se ha equivocado. Escribe su nombre en servilletas sucias, y le tiemblan las manos si descuelga el teléfono. El pulso de la sangre resuena en los oídos. Una llamada podría abrir las puertas del cielo. El grifo de la ducha se queda siempre abierto.
Acaricia a los niños en el autobús y los perros sarnosos que cruzan las aceras. Si camina a su lado, siempre piensa que cae y tiene que recordar cómo diablos se camina. Se cambia de ropa delante del espejo setenta y siete veces antes de cada cita. Se descubre imitando gestos que le ha copiado. Repitiendo sus frases en las conversaciones.
Bebe demasiado, come chocolate. Deja las llaves puestas en la cerradura. Cuando duerme sola se abraza a la almohada. Sopesa cada instante del tiempo compartido. Se sabe de memoria su talla de jersey. Pantalones, camisas, calcetines y botas. Enumera sus fallos para no idealizarlo. Y acaba por pensar que iluminan sus virtudes. Nada setenta largos. No para a descansar. Intenta pensar sólo en las brazadas y el agua. Sale tiritando y no consigue olvidarse. Lee libros de autoayuda que no le gustarían. Habla sola en la parada de autobús, o con desconocidos. Se ha pintado de negro las uñas de los pies. Nunca llega a tiempo a una sola cita. Grita como una loca bajo el chorro del agua. Al menor de sus gestos se le congela el pulso. Escribe cartas absurdas que nunca le ha enviado. Redacta tonterías sin pies ni cabeza. Sospecha que la química no haría nada por ella.


jueves, 14 de julio de 2011


" Durante los últimos cinco años mi vida no ha seguido un rumbo fijo. Yendo de nada a nada, sin patrón ni destino, sin refugio ni brújula. A la deriva. Empeñada en la inútil huida de mi misma, en busca de un lugar donde caerme viva. Bebiendo cubalibres y fumando chinos y tragando éxtasis y sirviendo copas y besando labios y chupando pollas y aprobando exámenes y redactando trabajos y leyendo libros y escribiendo poesías, por lo general bastante malas, todo hay que reconocerlo. Poli-toxicómana confesa y pendón vocacional. Digamos que quería ser Burroughs, como Gema, supongo, aspiraba a ser Jane Bowles. He probado todas las drogas disponibles y me he acostado con todos los hombres más o menos presentables que se me ponían a tiro. Me lo he pasado bien, en suma. O quizá lo he pasado fatal. Puede que ni siquiera me haya enterado.
Una vida en perpetuo movimiento, la búsqueda en la calle de la droga, el temor al palo y la denuncia, la travesía continua de la ciudad, salidas a horas intempestivas, encuentros en lugares inesperados, persecuciones, engaños, traiciones, revanchas, nuevas caras, nueva gente, nuevos yonkis y camellos, chinos, chutas, papelinas, rohipnol, palos, broncas, buprex, monos, pastillas para superar el mono, calabozos de cárceles y celdas de clínicas, la amenaza constante de los maderos, idas y venidas, ningún lugar seguro, ningún día igual a otro. El vértigo de la aventura, el coqueteo con la muerte.
"


sábado, 9 de julio de 2011



Y un día me besaste, el tiempo pasaba, el tiempo volaba y todo parecía tan fácil, tan sencillo, tan libre, tan nuevo y tan único, íbamos al cine. Los dos estábamos cerca, tan cerca... Siempre íbamos al cine...

martes, 21 de junio de 2011

Mierda pasivo agresiva

"Muerto como sólo los muertos pueden estar" me dice el psicólogo, pero no puedo creerle. Siempre como el optimista, estoy segura de tu habilidad para convertirte en mi perfecto enemigo.
Despierta de una vez y enfréntame, no te hagas el muerto porque quizá algún día me vaya y te diga "me decepcionas". Quizá estas mejor de esta manera.
Inclinada aquí, fría y catatónica, reflexiono brevemente sobre lo que pudiste ser. Es tu derecho y tu talento convertirte en mi perfecto enemigo
Sigue pretendiendo que estás muerto, sé que puedes escucharme.
Me decepcionas.

sábado, 16 de abril de 2011

Yo no sé qué es más gris,
si el acero frío de sus ojos,
si el gris desvaído de ese chal
con el que se envuelve el cuello y la cabeza,
o si el paisaje desolado de su alma.

Va despacio, arrastrando los pies,
desgastando suela, desgastando losa,
pero llevada
por un terror
oscuro,
por una voluntad
de esquivar algo horrible.


Oh sí, la conozco.
Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,
en un tren muy largo;
ha viajado durante muchos días
y durante muchas noches:
unas veces nevaba y hacía mucho frío,
otras veces lucía el sol y sacudía el viento
arbustos juveniles
en los campos en donde incesantemente estallan extrañas flores encendidas.


Pero el horrible tren ha ido parando
en tantas estaciones diferentes,
que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban,
ni los sitios,
ni las épocas.

Ella
recuerda sólo
que en todas hacía frío,
que en todas estaba oscuro,
y que al partir, al arrancar el tren
ha comprendido siempre
cuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,
ha sentido siempre
una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla,
como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,
como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo,
como si le arrancaran los días azules, esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.

Pero las lúgubres estaciones se alejaban,
y ella se asomaba frenética a las ventanillas,
gritando y retorciéndose,
solo
para ver alejarse en la infinita llanura
eso, una solitaria estación,
un lugar
señalado en las tres dimensiones del gran espacio cósmico
por una cruz
bajo las estrellas.


Y por fin se ha dormido,
sí, ha dormitado en la sombra,
arrullada por un fondo de lejanas conversaciones,
por gritos ahogados y empañadas risas,
como de gentes que hablaran a través de mantas bien espesas,
sólo rasgadas de improviso
por lloros de niños que se despiertan mojados a la media noche,
o por cortantes chillidos de mozas a las que en los túneles les pellizcan las nalgas,
...aún mareada por el humo del tabaco.


Y ha viajado noches y días,
sí, muchos días,
y muchas noches.
Siempre parando en estaciones diferentes,
siempre con una ansia turbia, de bajar ella también, de quedarse ella también,
para siempre partir de nuevo con el alma desgarrada,
para siempre dormitar de nuevo en trayectos inacabables.


Y esta mujer se ha despertado en la noche,
y estaba sola,
y ha mirado a su alrededor,
y estaba sola,
y ha comenzado a correr por los pasillos del tren,
de un vagón a otro,
y estaba sola,
y ha buscado al revisor, a los mozos del tren,
a algún empleado,
a algún mendigo que viajara oculto bajo un asiento,
y estaba sola,
y ha gritado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado
quién conducía,
quién movía aquel horrible tren.
Y no le ha contestado nadie,
porque estaba sola,
porque estaba sola.
Y ha seguido días y días,
loca, frenética,
en el enorme tren vacío,
donde no va nadie,
que no conduce nadie.



 
 

jueves, 24 de marzo de 2011

viernes, 4 de marzo de 2011


 

martes, 15 de febrero de 2011



Ahora soy más débil que el azul más pálido.

lunes, 31 de enero de 2011


Me saben a mierda las palabras de amor.

miércoles, 26 de enero de 2011

Cae el sol

Perdóname. No volverá a ocurrir.
Ahora quisiera
meditar, recogerme, olvidar: ser
hoja de olvido y soledad.
Hubiera sido necesario el viento
que esparce las escamas del otoño
con rumor y color.
Hubiera sido necesario el viento.

Hablo con humildad,
con la desilusión, la gratitud
de quien vivió de la limosna de la vida.
Con la tristeza de quien busca
una pobre verdad en que apoyarse y descansar.
La limosna fue hermosa -seres, sueños, sucesos, amor-,
don gratuito, porque nada merecí.

¡Y la verdad! ¡Y la verdad!
Buscada a golpes, en los seres,
hiriéndolos e hiriéndome;
hurgada en las palabras;
cavada en lo profundo de los hechos
-mínimos, gigantescos, qué más da:
después de todo, nadie sabe
qué es lo pequeño y qué lo enorme;
grande puede llamarse a una cereza
( "hoy se caen solas las cerezas",
me dijeron un día, y yo sé por qué fue ),
pequeño puede ser un monte,
el universo y el amor.

Se me había olvidado algo
que había sucedido.
Algo de lo que yo me arrepentía
o, tal vez, me jactaba.
Algo que debió ser de otra manera.
Algo que era importante
porque pertenecía a mi vida: era mi vida.
(Perdóname si considero importante mi vida:
es todo lo que tengo, lo que tuve;
hace ya mucho tiempo, yo la habría vivido
a oscuras, sin lengua, sin oídos, sin manos,
colgado en el vacío,
sin esperanza.)

Pero se me ha borrado
la historia (la nostalgia)
y no tengo proyectos
para mañana, ni siquiera creo
que exista ese mañana (la esperanza).
Ando por el presente
y no vivo el presente
(la plenitud en el dolor y la alegría).
Parezco un desterrado
que ha olvidado hasta el nombre de su patria,
su situación precisa, los caminos
que conducen a ella.
Perdóname que necesite
averiguar su sitio exacto.

Y cuando sepa dónde la perdí,
quiero ofrecerte mi destierro, lo que vale
tanto como la vida para mí, que es su sentido.
Y entonces, triste, pero firme,
perdóname, te ofreceré una vida
ya sin demonio ni alucinaciones.

sábado, 15 de enero de 2011



Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!»
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!»
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.